Aquel 13 de junio de 1985

¡El Nacimiento!

          Transcurría la primavera del año 1985. Un andaluz natural de Baza (Granada), Luis Antonio Grisolía Torres, como otros muchos miles de andaluces que habían venido a Getafe, buscando la forma de asegurar su subsis­tencia y la de sus familias, frecuentaba los centros de ambiente sociocultu­ral de esta localidad con el propósito de difundir una idea y encontrar adeptos que la secundaran. La idea no era otra que la de crear una Casa Regional de Andalucía en Getafe.

          Una Casa Regional que nació con unos objetivos claros y precisos: lograr que todo andaluz y no andaluz amante de Andalu­cía tuviera en el mismo Corazón de España un lugar de encuentro donde pudiera vivir diversos momentos de su existencia, integrado en un grupo humano con pensamientos y sentimientos comunes, respecto de su tierra de origen. Con personas que aman su cultura, su folclore, sus tradicio­nes, sus costumbres; que se emocionan cuando hablan de su pueblo, que se les oprime la garganta cuando oyen o cantan su himno de Andalucía, que se les eriza el vello cuando escuchan un cante con sentimiento, que saben gritar ¡Vivas! a su Blanca Paloma con los ojos inundados de lágrimas. Esas gentes de bien que son capaces de hacer chirigotas y reírse de su propia sombra en momentos adversos y, en cambio, sentir la más profunda congoja por las desgracias ajenas. Los que todavía conservan un profundo respeto por la institución familiar, aprecian la amistad, valoran el paisanaje, el compañerismo, saben ser agradecidos, hospitalarios. Esas gentes, en suma, que han hecho y siguen haciendo que la CASA DE ANDA­LUCIA EN GETAFE sea lo que es: la casa de todos los que la sentimos nuestra, Andalucía. El hogar donde todo el que mira hacia el Sur encuentra el reflejo de lo que le hubiera gustado tener, vivir, sentir, allá donde el destino quiso que viera la luz.

          El destino, que una vez arrancó su tronco y en muchos casos sus ramas, pero dejó allí sus raíces. Esas raíces que en esta Casa reviven, profundizan, crecen, a través de la cultura, el arte, la comunicación, la lucha por conseguir que esas raíces sigan alimentando esos troncos y esas ramas de los que una vez tuvieron que desprenderse.

        El emblema inicial de nuestra Casa, homenaje a todos los andaluces y andaluzas, representa una antigua reja sureña que en sus nueve vanos o rectángulos simboliza las ocho provincias andaluzas más la novena: la de la emigración, la de la nostalgia y la del amor por siempre a nuestra tierra.

Fotos de aquel momento inolvidable de la Fundación de la Casa

Fotos de la historia de nuestras Sedes

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